domingo, 18 de enero de 2009

¿Por qué ya no se entiende una obra de arte contemporáneo hasta que no se tiene al artista delante para explicártela?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, eso no siempre es así. Hay obras que cantan por sí solas. Quiero decir que son obras fácilmente inteligibles, o al menos, no muy difíciles de descifrar aunque esto en realidad depende de la educación “contemporánea” de quien contempla. Igualmente, suele ocurrir que en el arte contemporáneo las explicaciones no suelen tener cabida junto a la obra de arte. Me refiero a la tan “deseada” cartela explicativa o, yendo más allá, al catálogo de la exposición, si existiese. En éste, las claves de la interpretación quedan a veces muy ocultas o incluso ni aparecen en el texto de un autorcillo incapaz de mojarse por la falta de seguridad de la que creo, no escapamos casi nadie. Biografías, influencias estéticas de lo más aparentes… pero, ¿dónde queda el porqué de las obras? Por supuesto, hay excepciones: Valeriano Bozal, Juan Antonio Ramírez o Kosme de Barañano, entre otros ilustres, pero que no suele ser el caso salvo para los artistas más que consagrados. ¿Y entonces qué?, ¿a quién acudimos? Sólo nos queda el artista, un autor a veces tan hermético que complica tanto y tanto que sin su ayuda es imposible. Esto puede deberse a la complejidad del entorno, a la evolución de su obra, al punto avanzado en que él se localiza en la línea evolutiva de la historia del arte o a que simplemente quiere poner las cosas difíciles . De todos modos y aún después de esta de esta reflexión, quién asegura que si tras la venta de una primera obra por una suma más que considerable de dinero, la segunda quedará ajena a esta circunstancia en su concepción, que nos permita calificarla como resultado de una verdadera actitud creadora y no simplemente como un medio ya experimentado de ganar dinero. ¡Es imposible de saber! Definitivamente no queda ya nadie a quién acudir. Por eso la respuesta proviene de nuestra opinión sincera sobre la obra. Una vez empleado tiempo en conocer la obra del artista y leída la literatura escrita sobre él y su obra, valiéndonos de la experiencia acumulada, podemos comenzar a juzgar. Por ello, y en último lugar, quisiera situar este pensamiento de madrugada en otros términos: ¿qué debe valorarse en una obra de arte? Para algunos como el crítico David G.Torres el valor de una obra es fruto de una auténtica reflexión, trabajo y esfuerzo. Para él la obra de arte debe ser siempre una obra sesuda y de aquí parte su valía. El debate se suscita en el momento en que se deja por tanto de lado, como aspecto secundario o accesorio, el aspecto formal de la obra, postura defendida por los formalistas. Este es uno de los eternos debates artísticos, el del contenido y la forma.

Un saludo.

jose antonio dijo...

lo que hace falta es un artista como tú para explicarla, siempre y cuando tengas a mano programas de retoque digital, para las ayudillas, jejeje

Se weno artist-crack