Como la cuesta de los Chinos está cerrada por obras, le ofrecí a Anto hacerle una visita guiada a sus guiris a través del Albaicín bajo. Ya los conocía a todos y era muy simpáticos y entregados al español así que disfrutamos todos de un agradable paseo por este querido barrio y luego un té, ¡como está mandao!

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