Aunque al final no pudo ser así de a oscuras, el concierto mereció la pena tanto para los asistentes como para todos nosotros... Desde que canté la 9ª de Beethoven no me había vuelto a emocionar en un concierto. Ojalá lo podamos repetir, pero esta vez con los ojos tapados...
No hay comentarios:
Publicar un comentario