Nadie se esperaba lo que nos encontramos en este recóndito pueblo de este cordobés. Lindando con Granada y Jaén, este pueblecito nos deleitó primero con una increíble domus romana, con una superficie increíble de pinturas como pocas hay en España. Además, nos deleitó con un asentamiento íbero, del 1500 a.C. donde una de las experiencias que más llamó la atención fue la reconstrucción de una casa íbera, y ver como dentro de estas casa construidas de adobe y paja el frío parecía pasar de largo.
Pero sobre todo lo que más nos deleitó fue su extraordinaria comida romana. Se corrió la voz de que esta sería una gran experiencia (por eso invité a venir a David, Patty, José Ángel, Mercedes y su hermana además de mi madre y Noemí) pero las expectativas fueron cubiertas con creces. Un espectáculo muy recomendable para cualquiera que tenga ganas de pasar un rato muy divertido y transportarse a otra época, no solo con el atuendo romano, como se ve en las fotos, sino con los manjares del recetario romano del siglo I y con las representaciones teatrales que amenizaron la comida.
Pero sobre todo lo que más nos deleitó fue su extraordinaria comida romana. Se corrió la voz de que esta sería una gran experiencia (por eso invité a venir a David, Patty, José Ángel, Mercedes y su hermana además de mi madre y Noemí) pero las expectativas fueron cubiertas con creces. Un espectáculo muy recomendable para cualquiera que tenga ganas de pasar un rato muy divertido y transportarse a otra época, no solo con el atuendo romano, como se ve en las fotos, sino con los manjares del recetario romano del siglo I y con las representaciones teatrales que amenizaron la comida.
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