En la provincia de Badajoz, a 19 kilómetros de Fuente de Cantos, se encuentra un pequeño pueblo habitado por 2500 personas seguramente todas ellas igual de encantadoras. El gran José Ángel nos llevó a casa de su amigo Antonio Costo para pasar este fin de semana inolvidable entre encinas, olivos, ganado y sobre todo jamón de los entornos de Jabugo. Nada más llegar nos recibieron con los brazos abiertos y unos buenos platos de jamón del terreno (haciendo ningún caso de la advertencia de José Ángel de que no prepararan nada porque veníamos cenados (mejor dicho bien cenados). Fue una noche de mucho cachondeo, algunos toques de guitarra y conocer a la familia de Antonio Costo y sus amigos.
El menú del día siguiente, suculento donde los haya. El sábado para desayunar migas con chorizo, café, naranja y uvas pasas, todo ello aderezado con unas buenas lonchas de jamón del terreno (nada que envidiar al de Jabugo). Paseo por los entornos viendo Nuestra Señora del Valle, una finca repleta de cerdos lustrosos, el lago del que se surten los valencianos de agua y un par de locales donde degustar buen vino y tapas). Para comer caldereta de ternera, chacina, empanada, brazo gitano salado, morcón, todo ello aderezado de nuevo con unas buenas lonchas de jamón del terreno y buen vino de VdV (Valencia del Ventoso). Después de una tarta y un par de bizcochos, nos ofrecieron fresas con cava, café y combinados varios, simplemente por hacer tiempo mientras se iba cocinando a fuego lento dos costillares de ternera, el famoso asado argentino del gran Enrique. Tras tres horas de espera, la carne jugosa, liberada de las toxinas y la grasa que fue soltando en este tiempo se deshacía en nuestra boca como nunca imaginé.
El domingo nos despertamos con un agradable olor a lumbre y tras hacer las compras pertinentes en la tienda de la hermana de Luis (gran anfitrión junto con Antonio) nos fuimos camino de Granada, no sin antes hacer las paradas de rigor para desayunar (a las 12 a.m.) y comer en El liebre, famoso asador de Alcalá de Guadaíra en la provincia de Sevilla.
Café y pasteles en los Abades, Loja y con esto y un bizcocho (¿más comida? no por favor...) hasta la siguiente entrada pequeñines.
